Entrevista al colectivo de Estudio Rebimboca
3 mayo, 2021
André Rodrigues, Larissa Ribeiro, Paula Desgualdo y Pedro Markun son un colectivo de autores e ilustradores brasileños del Estudio Rebimboca que se ha propuesto acercar la política a los más peques. En este proyecto han trabajado junto con niños y niñas de tres a diez años en seis talleres. En Takatuka hemos cruzado el océano Atlántico de forma virtual para poder entrevistar a los autores de Las elecciones de los animales y ¿Quién manda aquí?
¿Sois cuatro personas. ¿Cómo os organizáis cuando escribís e ilustráis un libro infantil?
Desde el principio decidimos que sería un proyecto colaborativo, así que todos somos autores y creadores de esos libros junto con los niños y niñas que han participado en los talleres. Aun así, hay claros roles definidos entre nosotros. André y Larissa dirigen un estudio de diseño llamado Rebimboca y son las manos y el corazón que hay detrás de las ilustraciones y diseños del libro. Paula Desgualdo es periodista y escritora y se encarga de traducir correctamente las ideas que hay para cada página en un texto poético y hermoso que guste tanto a niños como a adultos. Y Pedro es un hacker, que lleva tiempo creando talleres para niños y ahora es el responsable de los juegos y actividades colaborativas que proponemos a los niños para crear un cuento juntos.
¿Ha habido diferencias entre los procesos de creación de cada libro?
Por supuesto. Para la mayoría de nosotros, el primer cuento infantil (¿Quién manda aquí?) fue nuestro primer libro, así que aún estamos tratando de comprender su proceso, lo que se debe y no se debe hacer. También fue un libro ‘mucho más abierto’ que nos permitió centrarnos más en los talleres y conseguir muchas más imágenes e ideas de los niños para componerlo. Nos sentíamos más cómodos con la idea de escribir un libro más entre nosotros, así que en el segundo cuento infantil (Las elecciones de los animales) también decidimos centrarnos en un libro más «guiado por la historia», donde todo el hilo narrativo ya estaba decidido antes de empezar los talleres. Realizamos varias elecciones de animales simuladas con los niños y niñas participantes, lo que nos permitió vislumbrar cómo se desarrollaría realmente y nos dio muchas de las ideas para el final del libro.
¿Cómo fueron los talleres con los niños y niñas antes de realizar los cuentos? ¿Cómo los hicisteis participar?
De hecho, es bastante fácil. Simplemente los reunimos y les decimos: «Oíd, ¿os gustaría escribir un libro con nosotros?». Su respuesta es siempre positiva y están encantados de participar en propuestas de este estilo. Por supuesto, hay muchos consejos y trucos que aprendimos trabajando con ellos. Por ejemplo, en Las elecciones de los animales rompimos el hielo con una ronda de «Simón dice”» y les propusimos fingir que son todo tipo de animales, simplemente para crear el carácter de cada uno de ellos. También fue un gran recurso todas esas preciosas máscaras de animales pintadas a mano con las que los participantes se disfrazaban y se movían mientras sonaba una música de la jungla de fondo.
O formando un gran círculo, con una luz tenue, pasábamos un pequeño espejo plateado para que pudieran verse a sí mismos como animales mientras sonaba la música y así reconocieran en ellos sus propios seres animales.
¿Y en el caso del libro ¿Quién manda aquí? cómo fue?
El núcleo del taller fue sobre la imaginación y el dibujo de quien gobierna en cada escenario: ciudad, castillo, casa, aldea, barco, etc. Les presentamos imágenes icónicas, como el Castillo de Cenicienta de Disney y todo tipo de representaciones gráficas de esos «lugares de poder» y les preguntamos: «¿Quién gobierna aquí?».
Luego les pedimos a los niños y niñas que los dibujaran y a continuación hablamos de todos esos dibujos. Todavía los tenemos, más de doscientas imágenes de princesas y reyes, capitanes, maestros, entrenadores de fútbol y así sucesivamente. De inmediato vimos que comenzaban a surgir algunos patrones. Como, por ejemplo, casi siempre la princesa era una mujer rubia, menos cuando la dibujaban con un lápiz de un solo color, entonces el cabello era del mismo color que el resto del cuerpo. Luego reflexionábamos juntos sobre esto a partir de preguntas como: ¿por qué es rubia?, ¿por qué el capitán usa sombrero?, ¿por qué un rey y no una reina? Y así…
¿Qué conceptos habéis trabajado en estos talleres?
La idea nunca es averiguar o, peor aún, ¡enseñar!, la «respuesta correcta», sino vislumbrar el «mundo imaginario» de los propios niños y niñas. En este sentido, en lugar de explicarles qué es la «democracia» o las «elecciones», hemos tratado de que lo reflexionaran por sí mismos.
En el libro ¿Quién manda aquí?, después de que los niños dibujaran todos los personajes, necesitamos seleccionar de alguna forma qué dibujos irían en nuestra maqueta de libro (hecha con cartón). Al principio, elegimos a un niño, aparentemente al azar, pero en realidad elegíamos al más ruidoso y problemático que pudiéramos encontrar y le poníamos una corona en la cabeza, para que, como Rey, seleccionara un dibujo de cada tipo. Cuando terminó, la primera reacción de los otros niños fue esperar su turno. Pero luego dijimos algo como: «¿Acaso eres tú su hija / hijo? ¿No? Entonces no serás Rey». Esto provocaba que inmediatamente comenzaran a despotricar sobre lo injusto que era y les pedimos que encontraran una solución diferente para escoger los dibujos. A partir de ahí, rápidamente pensaron y propusieron una especie de sistema electoral por su cuenta. Aun así, fue bastante interesante ver que casi nunca cuestionaban la escasez artificial del ejercicio. Nos podrían haber dicho: si es un libro de cartón, ¿por qué no añadís algunas páginas más?
¿Qué idea u opinión tienen los niños y niñas sobre la democracia y la política actual?
Tienes que preguntarles. No en serio. Por lo general, creemos que al no hablar/ proteger a nuestros hijos e hijas de esas preguntas más serias / difíciles / de adultos, ellos no tendrán ninguna opinión al respecto. Pero los niños y niñas sí que hablan. Y lo más importante, escuchan. Y ahí es donde está el problema. De hecho, fue uno de los factores desencadenantes que nos hizo querer escribir libros sobre política para niños y niñas.
Durante las elecciones de 2014 en Brasil, hubo dos candidatos de partidos opuestos y la elección estuvo muy polarizada. Una tarde hablando con algunos niños pequeños (durante un taller distinto que no está relacionado con libros ni política), una niña me dijo que el presidente actual había salido en la televisión para decirle a la población «que os den». Esto fue antes de Bolsonaro, así que pensé que no era posible en absoluto. Pero la niña se mostró inflexible. De lo que estaba hablando realmente no era de las palabras del presidente, sino de todo lo que los adultos habían estado comentando en su casa sobre política y sobre los políticos. A menudo, los adultos caemos en el error de pensar que los niños no escuchan, pero la realidad es que no hablamos con ellos pero ellos sí que lo hacen con sus amigos.
Pero como te comentaba, sí que escuchan. Y si no se les habla explícitamente sobre todos esos temas complejos, ellos desarrollan su conocimiento a partir de lo que escuchan de los mayores o de las opiniones que comparten con sus amigos.
¿Por qué es tan importante hablar de política y poder de decisión desde las primeras edades?
Para conseguir mejores políticos necesitamos un mejor imaginario político. Necesitamos que se nos permita visualizar el mundo en el que queremos vivir. Por lo tanto, es fundamental que los adultos hablemos con los niños y niñas, les expliquemos el mundo, sus controversias y dificultades, pero también para mostrarles que el mundo puede ser y será mejor si podemos encontrar formas de vivir con nosotros mismos y el medio ambiente.
¿Cómo imagináis la participación activa en la política y la vida social de estos niños y niñas en el futuro?
En uno de nuestros talleres hicimos una banda presidencial, que es una indumentaria clásica de los presidentes en Brasil, y creamos un pedestal donde los niños podían subirse y realizar un discurso sobre cómo sería su país si ellos fueran presidente. Así es como los imaginamos. Todos y cada uno de ellos, permitiéndose creer que en realidad son políticos, con los poderes y las responsabilidades para dar forma al mundo en el que viven. Después de todo, de eso trata la política. Es la varita mágica que usamos para cambiar la realidad.