- 32 pàgines | 26 x 24 cm | cartoné
- Traducció: Txell Freixinet Raspall
- ISBN: 978-84-16003-17-4
- Takatuka Àlbums
La tortuga Totvabé
15,00 €
«Tot va bé, tot va bé si trobes prou menjar», cantava la tortuga a tot hora i a pertot, mentre s’alimentava de les punxegudes figues de moro que creixien arreu d’aquella illa del Pacífic. La rutina diaria porta la tortuga Totvabé a recórrer cada dia l’illa buscant els llocs on creixen les figues de moro més bones. No permet que res ni ningú la distregui del seu camí i tampoc mostra cap mena d’ interès per la sort de la resta dels animals, que la conviden a compartir amb ells les seves alegries i preocupacions. Un bon dia un vaixell pirata descarrega uns porcs, com era costum antigament, perque proliferin i serveixin de futur rebost pels nàufrags a la deriva.
L’arribada d’aquests porcs voraços acabarà amb les tranquil·les vides dels animals de l’ illa. Sembla que només la tortuga Totvabé pot continuar amb la seva rutina diaria.
Ressenyes
«La tortuga protagonista de este álbum ilustrado, una fábula social, opta por la alienación. En lugar de integrarse en la sociedad, con una actitud solipsista, la tortuga logra convertirse en un ser al margen de la vida cotidiana, limitándose así a comer sus espinosas bayas. Y cuando la isla es invadida por depredadores, la tortuga ignora las peticiones de ayuda, de modo que acaba siendo, junto a los nuevos animales, la única habitante de la isla. Sin embargo, el cuento infantil explora cuál es el precio de la culpabilidad de la tortuga, de modo que, ante la llegada de un náufrago, ésta se convierte en comida para el hombre. En una sociedad como la nuestra, todos pagamos el precio del solipsismo, parece decir este cuento de animales. No debe estar tan lejos de las tesis de Kushner pues...» Boolino
«El cuento más inteligente y gamberro posible para enseñarle al niño lo esencial del mundo. Que el mundo somos todos. El mundo es global, funciona si todos funcionamos. Y si solo decides salvarte a ti, si solo te limitas a ayudarte a ti (y a los tuyos)… a la larga lo pagas. Algo tan obvio es el fallo de nuestro planeta y por lo que lo tenemos condenado. La tortuga Todovabién (qué acierto ponerle un nombre tan engañosamente positivo a un personaje tan destructor como sus mandíbulas, tan frío…) solo se centra en ella, está alienada. Ni siquiera tiene tiempo para escuchar la belleza de las melodías de los cangrejos, disfrutar con los perezosos o contemplar la alegría de los peces. Ella va a lo suyo porque ella está bien cubierta, y cuando la amenaza (los cerdos, otra gran elección) irrumpe, a ella le da igual todo. Todos. Las ilustraciones son poderosas, creo que ésa es la palabra. Tienen fuerza, garra, irrumpen en la visión, asustan… y al final conmueven». El tigre que vino a leer