• 156 páginas | 13 x 19,50 cm | cartoné
  • Traducción: Gonzalo Fernández Gómez
  • ISBN: 978-84-16003-62-4
  • Takatuka Novelas

Mis trucos para sobrevivir a la clase de natación

15,00 

El jueves es el peor día de la semana para Gid. Porque los jueves tiene clase de natación en el colegio y no hay nada más horrible que eso. Tirarse de cabeza, hacer la bicicleta, nadar con la ropa puesta… Gid tiene que pasar por ese suplicio una semana sí y otra también. Para saltarse la clase de natación, Gid ha ideado hasta setenta trucos, como encerrarse en el lavabo cuando llega el autocar que los lleva a la piscina. El problema es que los trucos no se pueden repetir, y algunos son difíciles de poner en práctica.

Por suerte, Gid cuenta además con la ayuda del señor de las palomas. Cuando el autocar de natación pasa por delante de la plaza, lo ve sentado en su banco junto al estanque. Y aunque el señor no lo sabe, su presencia ayuda a Gid a sobrevivir a la clase de natación. Una semana sí y otra también. Pero, al comenzar el nuevo curso, el señor de las palomas ya no está en su banco de siempre, y Gid decide ir a buscarlo para evitar que la clase de natación y todo el curso se conviertan en un desastre.

Seleccionado en la Lista de Honor del IBBY 2012

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Reseñas

« Una divertida historia que aborda, con ingenio y humor, la vida cotidiana, las preocupaciones, los sentimientos, el miedo y la superación de los problemas. Los capítulos se encabezan con una pequeña ilustración alusiva a la natación y el texto en color azul marino». Lupa del cuento ★★★★

«Gid, el niño protagonista, relata su vida y sobre todo su preocupación con las clases de natación, en formato diario. (...) El libro está impreso en tinta azul, algo que ayuda a meternos de lleno en el agua, sentir la angustia del chico y ver cómo se las arregla para saltarse las clases con excusas muy ingeniosas. Gid está convencido que su salvavidas es un señor que ve en una plaza que da de comer a las palomas, pues piensa que le trae suerte. La sorpresa vendrá en el tramo final, cuando presiente que todo está perdido. Gideon Samson sabe transmitir los sentimientos del niño con humor y sin caer en lo burlesco, además de expresar de forma implícita lo importante que es el cariño y el sentirse querido. Las ilustraciones que encabezan los capítulos son siempre del niño en la piscina y ahondan en la narración. Una historia tierna, amena y divertida». Canal Lector ★★★★

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