• 32 páginas | 22 x 26 cm | cartoné
  • Traducción: Patric de San Pedro
  • ISBN: 978-84-92696-94-9
  • Takatuka Álbumes

Tic-tac

14,00 

A ojos de los niños, los adultos siempre parecen ir con prisas a todas partes; siempre parecen llegar tarde a algún lado o venir tarde de algún otro, pues les faltó tiempo, hubo algo que les hizo perder tiempo o el tiempo simplemente se les escapó de las manos. Por las mañanas, el padre de nuestra protagonista siempre anda con prisas, quejándose del tiempo perdido. La madre, en cambio, parece tener tiempo de sobras, porque continuamente le da tiempo para hacer sus cosas: «¡Te doy diez minutos para que te arregles la habitación!».

La protagonista de nuestra historia observa a sus padres en el día a día, atenta a todas las situaciones y lugares donde dicen haber perdido el tiempo. También a ella le toca aprender a gestionar y negociar sus tiempos. Así que se dispone a indagar adónde va a parar ese tiempo perdido irremediablemente, y si habrá manera de encontrarlo y guardarlo para que en el día de mañana a ella no le falte nunca.

Una historia llena de humor sobre nuestros ritmos de vida y sobre cómo la dictadura del reloj moldea nuestras vidas.

Reseñas

«Tic-Tac, Tic-Tac, suenan las manecillas del reloj mientras corremos de un lado a otro blasfemando por llegar tarde. Nuestros hijos nos ven desde otra perspectiva. ¿A dónde irá el tiempo perdido? Es una buena pregunta. Las ilustraciones de este álbum son sencillamente magníficas para describir el caótico mundo de los adultos. Color, desorden y un punto de locura es lo que nos caracteriza desde el punto de vista de una niña. Esa pequeña sabe muchas cosas, deberíamos escucharla más a menudo. Quizás, así, empezaríamos a emplear bien el tiempo». Silvia Cartañá, Los Cuentos de Bastian

«Una niña contempla atónita cómo sus padres otorgan al tiempo una importancia tremenda: la madre la insta a ordenar su cuarto en apenas unos minutos; su padre le da vueltas obsesivamente al tiempo perdido, como aquel escritor que fue a su caza (Marcel Proust). Ante tal panorama decidirá trazar una estrategia para evitar los problemas que los adultos mantienen con el dichoso paso del tiempo, no sin una gran dosis de humor e imaginación». Rafa Martínez, Diario Levante

«¿Por qué, nosotros los adultos, corremos tanto? ¿Qué se nos escapa? Quizás la vida, quizás las cosas buenas que nos rodean, por eso no hay que olvidar nunca lo que nos propone este cuento tan extraordinario: que la vida son minutos, minutos que si desaprovechamos se quedan volando y al final se pierden. Porque el tiempo es demasiado valioso para que lo perdamos en hacer cosas que realmente no nos gustan, así que yo, desde este espacio, os animo a todos vosotros a reunir aquellos minutos que os sobran, que no habéis usado todavía, y mirar, observar, no sólo ver, aquello que está a nuestro alrededor y que Takatuka tan bien nos enseña en esta historia de amor por las buenas cosas, y de amor por aquellos que están con nosotros». Sergio Sancor, Libros y literatura

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